Una nueva (o muy antigua) manera en la que las plantas nos pueden compartir sus dones medicinales. Trasciende el modo extractivo y utilitario habitual por uno de mayor sensibilidad y conexión, en donde la relación con el otro ser es prioritaria.
No “usamos” la planta para nuestro beneficio, se genera una relación de iguales, y desde ahí, ellas se comparten. En ocasiones nos pueden sugerir beberlas en infusiones, o aplicar sus hojas de una manera particular en nuestro cuerpo, pero también nos pueden proveer de su medicina con solo verlas, olerlas o sentirlas, aunque estén lejos. Porque una vez que nos abrimos a la conexión que tenemos con la Madre Tierra y todxs sus habitantes, las barreras de la distancia se van desvaneciendo, al igual que la aprehensión a la materia. Comenzamos a vivir posibilidades que acercan lo cuántico, e incorporan las fuerzas de los elementos (agua, tierra, aire, fuego, éter), en nuestra vida cotidiana.
Hace unos días, una amiga me contó cómo fue que experimentó esto. Me dijo que estaba caminando por el parque, y de pronto sintió que se ahogaba. Desde que nació, ella tuvo un problema en los bronquios, y cuando tiene alguna afección respiratoria, siente asfixia. Cerró los ojos y entró en estado de meditación, conectando profundo con ese momento y lugar. De pronto notó que comenzó a respirar perfectamente, y al poner más atención, se dio cuenta que la acompañaba el aroma del eucalipto y le permitía respirar profundamente.
Abrió los ojos y vio Árboles de Eucalipto frente a ella, tocó sus ramas y hojas, y una sensación inmensa de bienestar la abrazó. Unas horas después, fue a consulta médica (alternativa), en donde le dijeron que traía una infección fuerte, pero como su energía estaba tan alta, no iba a necesitar antibiótico. Ella conectó profundo con Eucalipto, y asistida por el elemento aire, estaba sanando, a la vez que mantenía su gradiente energético elevado.
De esto se trata la Herbolaria Elemental Cuántica, y cada vez más personas estamos experimentándola, ¿te ha sucedido algo similar?
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